Leámoslo en términos de Marca. Más allá de sus contenidos,
el actual Salvados es un producto sin competencia porque no había ni hay otro
semejante en el mercado español de la información. ¿Se han lanzado otros medios
más tradicionales y en plena crisis de credibilidad, como los periódicos El
País o El Mundo, a una frenética actividad de destapar escándalos con el
objetivo de recuperar el prestigio perdido a causa del (bi)partidismo que han
practicado durante más de una década y a causa de, entre otras cuestiones, la
Marca Salvados? Si es así, no han comprendido que Salvados no está compuesto
sólo por los contenidos de sus programas. Salvados no es Informe Semanal. ¿Qué
los diferencia? ¿Por qué Informe Semanal ha perdido gran parte de su prestigio
siendo un formato aparentemente similar?
En contra de toda recomendación para escribir en formato
blog, des-invirtamos la pirámide. Sigamos las pistas:
- Es
cierto, cada programa está monográficamente dedicado a un asunto de
relevancia en el que ahonda considerablemente, pero ¿hay una voz en off
posicionada a modo de documental? La voz en off de Salvados no es la del
presentador, no es dramática sino que está cerca de lo cómico, casi no
aporta información, es meramente narrativa: nos cuenta los movimientos del
presentador sin mucha más profundidad.
- Tiempo
después de la emisión del programa, Eguiguren dijo algo revelador: habló
porque había una persona que le hacía preguntas que no eran las típicas ni
las de siempre; y se quedó “como nuevo”. Pero ¿dónde se hizo aquella
entrevista?: en el parque de al lado del Parlamento Vasco, porque Évole se
lo propuso (a pesar de que habían planeado hacerlo en el hall del
Parlamento) y él aceptó. Hubo entonces una descontextualización, secundada
por la descontextualización verbal de una entrevista que Salvados planteó,
como siempre, en términos no periodísticos. Sus respuestas fueron las
acordes con ese nuevo contexto relacional. No le fue posible -a él, en ese
momento concreto- articular las estructuras verbales preestablecidas para
hablar del terrorismo. Se hubiese producido una fractura comunicativa.
- Las
preguntas que Évole hace a quienes entrevista son ingenua y
asombradamente incisivas; un simulacro de las que haría cualquiera de los
seguidores del programa; una de-formación de las que formularía un
profesional de la in-formación. Un híbrido entre la inocencia y la
profesionalidad. Ha llegado a decir de sí mismo que tanto el traje de
cómico como el de periodista le vienen grandes, así que se ha construido uno
a su medida que reúne lo que conoce de ambos. Se ha fabricado una personae peculiar con la que construir la mirada
falsamente desprejuiciada e ignorante que le permite reubicarse del otro
lado de la pantalla, junto al seguidor que lo acompaña por el hilo de la
narración, haciéndose desvelar, a la vez que el resto de espectadores, los
significados que se ocultan bajo los hechos en los que se centra cada
programa. Évole hace un uso estratégico de las preguntas que no esperan
respuesta. Esas preguntas ante las que el interlocutor sólo tiene dos
salidas en una situación de tanta proximidad como la que plantea: o
intenta dar giros con los que salir del espacio claustrofóbico en que lo
ha encerrado la interrogación o acaba contestando con cierta incontrolada
sinceridad. En ambos casos suele tener como consecuencia que la impostura
que pretendía hacer pasar inadvertida aflora de manera abruta y casi
sonrojante. La tercera vía es la de Cotino, automáticamente desprestigiado
por su comportamiento.
- Buscando huir de los discursos
establecidos, gran parte del trabajo de producción previo se basa en
encontrar voces no mediáticas o menos mediáticas de lo habitual que lancen
mensajes distintos a los reiterados y amplificados por el resto de medios.
No realizan un servicio al mensaje político programado. Indagan hasta
encontrar lo diferencial, lo que se sustrae al partidismo, los discursos
que tratan de construir una posición autónoma y argumentada sobre cada
asunto. La opinión del experto autorizado que trabaja sobre el terreno,
que conoce el material y que puede explicar su postura sin apelar a
ideología política alguna, auque la tenga. Esto, además, le sirve como
material con el que contribuir a su comunidad y construirse una imagen de
Marca que aporta valor: estos expertos suelen aglutinar a su alrededor sus
propias comunidades de seguidores, de tal manera que el programa extiende
su imagen a través de estas pequeñas redes minoritarias que lo acaban
aceptando como parte del entramado al que pertenecen. Una simbiosis comunicativa
en la que cada parte, programa y experto, aprovecha la estructura social
de la otra parte.
- De
un formato basado casi en el show satírico mediático, heredero de
programas previos como CQC, Salvados ha llegado, en parte a causa de la
crisis o a causa de intentar responder a las preguntas que la crisis ha
planteado, a un formato mucho más político y activista en el que la
anécdota ha perdido valor frente a las preguntas, al cuestionamiento.
- En
su variante actual, incluye una introducción en la que se relacionan
noticias surgidas en la última semana en los medios con programas
anteriores de Salvados. Una vuelta hacia sí mismos. Inciden en la utilidad
de su aportación al debate público seguramente en respuesta a una de las
críticas que más se le hacen: la de que no aportan soluciones y se limitan
a recrearse en los problemas. Este nuevo espacio inicial nos dice: tras
los problemas que exponemos están las soluciones; hablar sobre ello tiene
al menos el valor positivo de que se obliga a poner en cuestión lo
establecido, el estatus de las cosas.
- El
último ejemplo: el accidente de metro de Valencia. La acción del programa,
dando proyección nacional a lo sucedido, ha supuesto que la propia
justicia se haya visto obligada a revisar su pasada actuación. Y todo esto
ha sido amplificado a través de las redes sociales: el programa y el
propio Évole (en actuación coordinada en espejo) han mantenido información
actualizada sobre las consecuencias de aquel episodio concreto a través de
Twitter: fotos de la concentración que se produjo unos días después del
programa; noticias acerca de la reapertura del caso por parte de la
fiscalía, etc.
- También
la reacción de la Eléctricas frente al capítulo que se les dedicó supuso
una mayor proyección de Salvados a través de las redes sociales en las que
la noticia reforzó la imagen de la Marca como producto útil para la
ciudadanía. El mensaje era claro: si alguien presiona para cerrar el
programa será porque está sacando a la luz lo que pretendían ocultar.
- Es
una magnífica estrategia de comunicación: Salvados no sólo ahonda en los
problemas, sino que genera respuestas positivas, mejoras concretas.
- Otro
elemento con el que atajar críticas (por ejemplo, la del partidismo,
aunque sea difícil de sostener): al final de cada episodio están convirtiendo
en habitual citar los nombres de todos aquellos que se han negado a hablar
para el programa. Salvados demuestra así que no tiene miedo al diálogo,
que aunque parte de un enfoque, de cierta posición inicial o juicio acerca
del asunto, asume el reto de dar voz a quienes opinan lo contrario, a
quienes defienden aquello que el programa pretende denunciar.
- La
audiencia del Salvados ronda el 15% de Share, pero el programa tiene
227.000 seguidores en Twitter y Jordi Évole cerca de 960.000. No sólo hay
espectadores, hay comunidad. Una enorme fidelización de sus seguidores.
- Mientras
se emiten los programas, tanto Salvados como Évole comentan lo que está
sucediendo y aportan información útil que amplía la que contiene el
programa en sí. De esta manera entran en una práctica, completamente
habitual ya en el universo 2.0, de extender los contenidos de la
televisión a través de las redes sociales. La imagen expandida, la
información en constante actualización, la conversación cercana. Évole se
convierte en un espectador más, que -como si estuviera al lado del resto
de espectadores, sentado junto a ellos en el sofá- comparte la
intrahistoria de lo que están viendo juntos. Es un momento de comunidad y
metacomunicación; miles de personas participando a distancia en una
experiencia compartida. La proyección espacial de los comentarios
personales con los que glosamos lo que vemos.
- Y aún más prácticas de branding: como cuando programan un episodio para celebrar los cinco años de Salvados, titulado Desmontando Salvados (como “Desmontando a Harry”), en el que, de nuevo, intentan evitar un tono autoelogioso y solemne y lo sustituyen por una entrevista o conversación con un “espectador cualificado” que les sirve para explicarse a sí mismos y hacer ligeras autocríticas; o como cuando presentan en El Intermedio los dos siguientes programas, en los que los protagonistas serán Assange y Gómez Bermúdez, y aprovechan para viralizar el vídeo de Cotino (en vez de volver a proyectar los fragmentos -menos aprovechables desde el punto de vista del marketing- donde se exponían los argumentos respecto a lo sucedido en el accidente del metro) y para hablar de la imagen externa (tan favorable) que se tiene del programa. El programa que informa se convierte en noticia, en materia de información.
Todo esto se amolda al tono que deliberadamente ha adoptado
la Marca Salvados. No hay discurso, sino conversación. Su actitud no es
propagandística: hace una perfecta lectura 2.0 de la comunicación: establece un
diálogo que revierte en su posicionamiento, pero no bombardea con mensajes-spam
de carácter político, sino que éste surge de las conversaciones que posibilita,
de la misma forma en que cualquier Marca con una buena estrategia en Medios
Sociales realiza la gestión de su imagen y su comunidad de seguidores. La web 2.0 ha abolido el monólogo y la audiencia, y los ha sustituido por la
conversación y la comunidad de seguidores. Son los protagonistas los que se
retratan con sus discursos. Aquellos que se expresan con coherencia y sin
necesidad de retorcer el lenguaje para encontrar una forma correcta con la que
expresar sus ideas hacen que su imagen y sus opiniones se vean reforzadas. Los
que no, se encuentran con la mirada atónita del presentador, mirada que
simboliza la del resto de espectadores. Y de esta manera surge el mensaje de
fondo: es el resultado de la amalgama de respuestas.
Ahora, opinad, que esto también es una conversación; yo sólo
me he limitado a empezar…
Yo creo que el éxito de este programa radica básicamente en dos cosas: en documentarse y hacer la pregunta correcta, lo cual en este caso muchas veces consiste sencillamente en hacer la pregunta incómoda.
ResponderEliminarEl tema de documentarse puede parecer una obviedad cuando se habla de periodismo, sin embargo, desde mi punto de vista de receptora de información yo diría que desde hace bastante tiempo se dan informaciones con muchísima superficialidad, incluso en espacios informativos aparentemente serios.
Apuntas dos aspectos que creo muy interesantes, Lucía. ¿No te parece que esa superficialidad parece que además tiene que ver con que lo que muchas veces importa es defender una posición política concreta? Si sólo hay que opinar, sobran los argumentos y los datos, no?
ResponderEliminarY lo de la pregunta nos lleva a lo siguiente: no tienes la impresión de que los periodistas han renunciado a preguntar? Hace no mucho una tertuliana/periodista decía: pero para qué voy a preguntar si ya sé que me van a contestar lo que quieran...
Curioso, verdad?
Estoy de acuerdo contigo, muchas veces los datos y argumentos se manipulan adecuadamente para tratar de convertir una opinión en información, y a ser posible, se adereza todo ello con eslóganes populistas que arenguen a las masas en el sentido deseado.
ResponderEliminarPero la superficialidad no es coto exclusivo de los malvados, también es lugar de esparcimiento de los estúpidos que no contrastan informaciones, que se preocupan más de crear un titular espectacular y muy twitteable que de dar información veraz.
Pero la verdad es que aplicando las cosas que cuentas sobre prosumo y marketing ya no sé de quién es la culpa de todo esto.
Sobre la renuncia a las preguntas, también estoy de acuerdo (esta discusión me temo que no está siendo nada comercial...jajajajaja). Pero añadiría que no sólo es por la resignación a no ser contestado, sino también por el miedo a hacer la pregunta indiscreta o a reiterar una pregunta cuando la respuesta ha sido una evasiva, y me pregunto si eso no es, a fin de cuentas, el miedo a destacar que esta sociedad tanto se esmera en inculcar.
El titular por encima de la noticia...
ResponderEliminarEn parte nosotros mismos fomentamos determinadas prácticas. Seguimos informándonos a través de medios de los que no nos fiamos, así que los legitimamos y los mantenemos. Quizás porque la red es una inundación de información: nos agarramos a lo conocido para no vernos arrastrados por la corriente. Es todo un problema de legitimación: desconfiamos acerca de quienes están detrás de las noticias que no están sostenidas por una Marca conocida (aunque de éstas también dudemos...)
En cuanto a las preguntas: el problema es que los periodistas dependen de aquellos a los que preguntan: si los incomodan pueden perder sus fuentes de información, así que prefieren no enemistarse. Aparte de la pregunta recurrente: quién apoya económicamente los medios para los que trabajan los periodistas?
Y de qué les servirá estar a bien con las fuentes cuándo nadie les escuche, cuándo nadie les crea? Cada vez somos todos más escépticos...y más conscientes de la relación entre los distintos grupos de poder.
EliminarPrecisamente, creo que ése es uno de los motivos de su constante pérdida de credibilidad... Pero cuál será la alternativa a lo que los medios han hecho hasta ahora?
EliminarPues esa extensión de la información al mundo de las redes sociales como herramienta para esquivar el monólogo que suponen los medios de comunicación tradicionales es precisamente donde creo que reside la solución hacia una democracia más próxima a la que, espero, la mayoría desea.
ResponderEliminarHe leido que ahora el programa big brother ha lanzado una app desde la que el público puede no solo votar sino también proponer preguntas para una entrevista. Un usuario lanza una pregunta y si ésta recibe el apoyo de suficientes usuarios la presentadora la realiza. Extrapolemos esto, por ejemplo, al model de referendum o de las elecciones, o incluso al parlamento.
Respecto a Salvados en sí, creo que su mayor labor es crear en cierto perfil de espectador y consumidor de otros medios de información la sensación de "ok, no estoy loco" "no sólo yo veo que esto es evidente" etc. Eso sí, salvo el caso del metro de valencia, creo que la reacción es demasiado poca para disparates que evidencia.
Por desgracia para mí, Carlos, yo soy menos optimista. Me temo más un futuro Ciberpunk que una regeneración democrática gracias a los medios. Y este desmoronamiento controlado del sistema económico me hace temer lo peor. De todas formas, en cuanto a Salvados, efectivamente gran parte del éxito es ese sentimiento de comunidad construido sobre el aislamiento de personas que estaban pensando cosas semejantes y no sabían que pertenecían a un colectivo bastante amplio de la sociedad. Ese factor de reconocimiento opera muy intensamente en el seguidor del programa, y lo moviliza...
EliminarLo que he dicho no es sobre lo que yo creo que pasará, ojalá..., sino lo que podría pasar si usásemosvla cabeciña y las herramientas que de ella salen..
EliminarMi pronóstico tampoco es bueno... Creo que en el mejor de los casos las pasaremos putas unos años más para luego volver a empezar otra etapa que también terminará en crisis. O acaso se ha responsabilizado legalmente a alguien por ésta? Si no se ha hecho, porqué no provocar otra? A unos pocos les sale muy a cuenta..
Ese sería el mejor de los casos... Nos queda lo marginal...
EliminarPrecisamente, Salvados es ahora objeto de mi investigación que va muy en la línea de lo que apuntas... Por una parte, ha dado con una demanda social a la que no se estaba dando respuesta desde los medios de comunicación, ha innovado en la forma y en el tono, ha hecho asequibles temas complejos, ha obligado a que los políticos, los expertos y los representantes de los organismos entrevistados hablen claro, y ha sabido sacar muy bien partido de su presentador y de las redes sociales. Chapó!
ResponderEliminarHola. Gracias por tu comentario. Y si esa investigación se traduce en un post o similar de tu blog (por el que ya me he pasado), no dejes de anunciarlo aquí. Yo al menos estaré interesado en leerlo...
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