lunes, 20 de mayo de 2013

Salvados: unos apuntes


Leámoslo en términos de Marca. Más allá de sus contenidos, el actual Salvados es un producto sin competencia porque no había ni hay otro semejante en el mercado español de la información. ¿Se han lanzado otros medios más tradicionales y en plena crisis de credibilidad, como los periódicos El País o El Mundo, a una frenética actividad de destapar escándalos con el objetivo de recuperar el prestigio perdido a causa del (bi)partidismo que han practicado durante más de una década y a causa de, entre otras cuestiones, la Marca Salvados? Si es así, no han comprendido que Salvados no está compuesto sólo por los contenidos de sus programas. Salvados no es Informe Semanal. ¿Qué los diferencia? ¿Por qué Informe Semanal ha perdido gran parte de su prestigio siendo un formato aparentemente similar?
En contra de toda recomendación para escribir en formato blog, des-invirtamos la pirámide. Sigamos las pistas:


  1. Es cierto, cada programa está monográficamente dedicado a un asunto de relevancia en el que ahonda considerablemente, pero ¿hay una voz en off posicionada a modo de documental? La voz en off de Salvados no es la del presentador, no es dramática sino que está cerca de lo cómico, casi no aporta información, es meramente narrativa: nos cuenta los movimientos del presentador sin mucha más profundidad.
  2. Tiempo después de la emisión del programa, Eguiguren dijo algo revelador: habló porque había una persona que le hacía preguntas que no eran las típicas ni las de siempre; y se quedó “como nuevo”. Pero ¿dónde se hizo aquella entrevista?: en el parque de al lado del Parlamento Vasco, porque Évole se lo propuso (a pesar de que habían planeado hacerlo en el hall del Parlamento) y él aceptó. Hubo entonces una descontextualización, secundada por la descontextualización verbal de una entrevista que Salvados planteó, como siempre, en términos no periodísticos. Sus respuestas fueron las acordes con ese nuevo contexto relacional. No le fue posible -a él, en ese momento concreto- articular las estructuras verbales preestablecidas para hablar del terrorismo. Se hubiese producido una fractura comunicativa.
  3. Las preguntas que Évole hace a quienes entrevista son ingenua y asombradamente incisivas; un simulacro de las que haría cualquiera de los seguidores del programa; una de-formación de las que formularía un profesional de la in-formación. Un híbrido entre la inocencia y la profesionalidad. Ha llegado a decir de sí mismo que tanto el traje de cómico como el de periodista le vienen grandes, así que se ha construido uno a su medida que reúne lo que conoce de ambos. Se ha fabricado una personae peculiar con la que construir la mirada falsamente desprejuiciada e ignorante que le permite reubicarse del otro lado de la pantalla, junto al seguidor que lo acompaña por el hilo de la narración, haciéndose desvelar, a la vez que el resto de espectadores, los significados que se ocultan bajo los hechos en los que se centra cada programa. Évole hace un uso estratégico de las preguntas que no esperan respuesta. Esas preguntas ante las que el interlocutor sólo tiene dos salidas en una situación de tanta proximidad como la que plantea: o intenta dar giros con los que salir del espacio claustrofóbico en que lo ha encerrado la interrogación o acaba contestando con cierta incontrolada sinceridad. En ambos casos suele tener como consecuencia que la impostura que pretendía hacer pasar inadvertida aflora de manera abruta y casi sonrojante. La tercera vía es la de Cotino, automáticamente desprestigiado por su comportamiento.
  4. Buscando huir de los discursos establecidos, gran parte del trabajo de producción previo se basa en encontrar voces no mediáticas o menos mediáticas de lo habitual que lancen mensajes distintos a los reiterados y amplificados por el resto de medios. No realizan un servicio al mensaje político programado. Indagan hasta encontrar lo diferencial, lo que se sustrae al partidismo, los discursos que tratan de construir una posición autónoma y argumentada sobre cada asunto. La opinión del experto autorizado que trabaja sobre el terreno, que conoce el material y que puede explicar su postura sin apelar a ideología política alguna, auque la tenga. Esto, además, le sirve como material con el que contribuir a su comunidad y construirse una imagen de Marca que aporta valor: estos expertos suelen aglutinar a su alrededor sus propias comunidades de seguidores, de tal manera que el programa extiende su imagen a través de estas pequeñas redes minoritarias que lo acaban aceptando como parte del entramado al que pertenecen. Una simbiosis comunicativa en la que cada parte, programa y experto, aprovecha la estructura social de la otra parte.
  5. De un formato basado casi en el show satírico mediático, heredero de programas previos como CQC, Salvados ha llegado, en parte a causa de la crisis o a causa de intentar responder a las preguntas que la crisis ha planteado, a un formato mucho más político y activista en el que la anécdota ha perdido valor frente a las preguntas, al cuestionamiento.
  6. En su variante actual, incluye una introducción en la que se relacionan noticias surgidas en la última semana en los medios con programas anteriores de Salvados. Una vuelta hacia sí mismos. Inciden en la utilidad de su aportación al debate público seguramente en respuesta a una de las críticas que más se le hacen: la de que no aportan soluciones y se limitan a recrearse en los problemas. Este nuevo espacio inicial nos dice: tras los problemas que exponemos están las soluciones; hablar sobre ello tiene al menos el valor positivo de que se obliga a poner en cuestión lo establecido, el estatus de las cosas.
  7. El último ejemplo: el accidente de metro de Valencia. La acción del programa, dando proyección nacional a lo sucedido, ha supuesto que la propia justicia se haya visto obligada a revisar su pasada actuación. Y todo esto ha sido amplificado a través de las redes sociales: el programa y el propio Évole (en actuación coordinada en espejo) han mantenido información actualizada sobre las consecuencias de aquel episodio concreto a través de Twitter: fotos de la concentración que se produjo unos días después del programa; noticias acerca de la reapertura del caso por parte de la fiscalía, etc.
  8. También la reacción de la Eléctricas frente al capítulo que se les dedicó supuso una mayor proyección de Salvados a través de las redes sociales en las que la noticia reforzó la imagen de la Marca como producto útil para la ciudadanía. El mensaje era claro: si alguien presiona para cerrar el programa será porque está sacando a la luz lo que pretendían ocultar.
  9. Es una magnífica estrategia de comunicación: Salvados no sólo ahonda en los problemas, sino que genera respuestas positivas, mejoras concretas.
  10. Otro elemento con el que atajar críticas (por ejemplo, la del partidismo, aunque sea difícil de sostener): al final de cada episodio están convirtiendo en habitual citar los nombres de todos aquellos que se han negado a hablar para el programa. Salvados demuestra así que no tiene miedo al diálogo, que aunque parte de un enfoque, de cierta posición inicial o juicio acerca del asunto, asume el reto de dar voz a quienes opinan lo contrario, a quienes defienden aquello que el programa pretende denunciar.
  11. La audiencia del Salvados ronda el 15% de Share, pero el programa tiene 227.000 seguidores en Twitter y Jordi Évole cerca de 960.000. No sólo hay espectadores, hay comunidad. Una enorme fidelización de sus seguidores.
  12. Mientras se emiten los programas, tanto Salvados como Évole comentan lo que está sucediendo y aportan información útil que amplía la que contiene el programa en sí. De esta manera entran en una práctica, completamente habitual ya en el universo 2.0, de extender los contenidos de la televisión a través de las redes sociales. La imagen expandida, la información en constante actualización, la conversación cercana. Évole se convierte en un espectador más, que -como si estuviera al lado del resto de espectadores, sentado junto a ellos en el sofá- comparte la intrahistoria de lo que están viendo juntos. Es un momento de comunidad y metacomunicación; miles de personas participando a distancia en una experiencia compartida. La proyección espacial de los comentarios personales con los que glosamos lo que vemos.
  13. Y aún más prácticas de branding: como cuando programan un episodio para celebrar los cinco años de Salvados, titulado Desmontando Salvados (como “Desmontando a Harry”), en el que, de nuevo, intentan evitar un tono autoelogioso y solemne y lo sustituyen por una entrevista o conversación con un “espectador cualificado” que les sirve para explicarse a sí mismos y hacer ligeras autocríticas; o como cuando presentan en El Intermedio los dos siguientes programas, en los que los protagonistas serán Assange y Gómez Bermúdez, y aprovechan para viralizar el vídeo de Cotino (en vez de volver a proyectar los fragmentos -menos aprovechables desde el punto de vista del marketing- donde se exponían los argumentos respecto a lo sucedido en el accidente del metro) y para hablar de la imagen externa (tan favorable) que se tiene del programa. El programa que informa se convierte en noticia, en materia de información.
Todo esto se amolda al tono que deliberadamente ha adoptado la Marca Salvados. No hay discurso, sino conversación. Su actitud no es propagandística: hace una perfecta lectura 2.0 de la comunicación: establece un diálogo que revierte en su posicionamiento, pero no bombardea con mensajes-spam de carácter político, sino que éste surge de las conversaciones que posibilita, de la misma forma en que cualquier Marca con una buena estrategia en Medios Sociales realiza la gestión de su imagen y su comunidad de seguidores. La web 2.0 ha abolido el monólogo y la audiencia, y los ha sustituido por la conversación y la comunidad de seguidores. Son los protagonistas los que se retratan con sus discursos. Aquellos que se expresan con coherencia y sin necesidad de retorcer el lenguaje para encontrar una forma correcta con la que expresar sus ideas hacen que su imagen y sus opiniones se vean reforzadas. Los que no, se encuentran con la mirada atónita del presentador, mirada que simboliza la del resto de espectadores. Y de esta manera surge el mensaje de fondo: es el resultado de la amalgama de respuestas.

Ahora, opinad, que esto también es una conversación; yo sólo me he limitado a empezar… 

12 comentarios:

  1. Yo creo que el éxito de este programa radica básicamente en dos cosas: en documentarse y hacer la pregunta correcta, lo cual en este caso muchas veces consiste sencillamente en hacer la pregunta incómoda.
    El tema de documentarse puede parecer una obviedad cuando se habla de periodismo, sin embargo, desde mi punto de vista de receptora de información yo diría que desde hace bastante tiempo se dan informaciones con muchísima superficialidad, incluso en espacios informativos aparentemente serios.

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  2. Apuntas dos aspectos que creo muy interesantes, Lucía. ¿No te parece que esa superficialidad parece que además tiene que ver con que lo que muchas veces importa es defender una posición política concreta? Si sólo hay que opinar, sobran los argumentos y los datos, no?
    Y lo de la pregunta nos lleva a lo siguiente: no tienes la impresión de que los periodistas han renunciado a preguntar? Hace no mucho una tertuliana/periodista decía: pero para qué voy a preguntar si ya sé que me van a contestar lo que quieran...
    Curioso, verdad?

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  3. Estoy de acuerdo contigo, muchas veces los datos y argumentos se manipulan adecuadamente para tratar de convertir una opinión en información, y a ser posible, se adereza todo ello con eslóganes populistas que arenguen a las masas en el sentido deseado.
    Pero la superficialidad no es coto exclusivo de los malvados, también es lugar de esparcimiento de los estúpidos que no contrastan informaciones, que se preocupan más de crear un titular espectacular y muy twitteable que de dar información veraz.
    Pero la verdad es que aplicando las cosas que cuentas sobre prosumo y marketing ya no sé de quién es la culpa de todo esto.
    Sobre la renuncia a las preguntas, también estoy de acuerdo (esta discusión me temo que no está siendo nada comercial...jajajajaja). Pero añadiría que no sólo es por la resignación a no ser contestado, sino también por el miedo a hacer la pregunta indiscreta o a reiterar una pregunta cuando la respuesta ha sido una evasiva, y me pregunto si eso no es, a fin de cuentas, el miedo a destacar que esta sociedad tanto se esmera en inculcar.

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  4. El titular por encima de la noticia...
    En parte nosotros mismos fomentamos determinadas prácticas. Seguimos informándonos a través de medios de los que no nos fiamos, así que los legitimamos y los mantenemos. Quizás porque la red es una inundación de información: nos agarramos a lo conocido para no vernos arrastrados por la corriente. Es todo un problema de legitimación: desconfiamos acerca de quienes están detrás de las noticias que no están sostenidas por una Marca conocida (aunque de éstas también dudemos...)
    En cuanto a las preguntas: el problema es que los periodistas dependen de aquellos a los que preguntan: si los incomodan pueden perder sus fuentes de información, así que prefieren no enemistarse. Aparte de la pregunta recurrente: quién apoya económicamente los medios para los que trabajan los periodistas?

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    1. Y de qué les servirá estar a bien con las fuentes cuándo nadie les escuche, cuándo nadie les crea? Cada vez somos todos más escépticos...y más conscientes de la relación entre los distintos grupos de poder.

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    2. Precisamente, creo que ése es uno de los motivos de su constante pérdida de credibilidad... Pero cuál será la alternativa a lo que los medios han hecho hasta ahora?

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  5. Pues esa extensión de la información al mundo de las redes sociales como herramienta para esquivar el monólogo que suponen los medios de comunicación tradicionales es precisamente donde creo que reside la solución hacia una democracia más próxima a la que, espero, la mayoría desea.
    He leido que ahora el programa big brother ha lanzado una app desde la que el público puede no solo votar sino también proponer preguntas para una entrevista. Un usuario lanza una pregunta y si ésta recibe el apoyo de suficientes usuarios la presentadora la realiza. Extrapolemos esto, por ejemplo, al model de referendum o de las elecciones, o incluso al parlamento.
    Respecto a Salvados en sí, creo que su mayor labor es crear en cierto perfil de espectador y consumidor de otros medios de información la sensación de "ok, no estoy loco" "no sólo yo veo que esto es evidente" etc. Eso sí, salvo el caso del metro de valencia, creo que la reacción es demasiado poca para disparates que evidencia.

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    1. Por desgracia para mí, Carlos, yo soy menos optimista. Me temo más un futuro Ciberpunk que una regeneración democrática gracias a los medios. Y este desmoronamiento controlado del sistema económico me hace temer lo peor. De todas formas, en cuanto a Salvados, efectivamente gran parte del éxito es ese sentimiento de comunidad construido sobre el aislamiento de personas que estaban pensando cosas semejantes y no sabían que pertenecían a un colectivo bastante amplio de la sociedad. Ese factor de reconocimiento opera muy intensamente en el seguidor del programa, y lo moviliza...

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    2. Lo que he dicho no es sobre lo que yo creo que pasará, ojalá..., sino lo que podría pasar si usásemosvla cabeciña y las herramientas que de ella salen..
      Mi pronóstico tampoco es bueno... Creo que en el mejor de los casos las pasaremos putas unos años más para luego volver a empezar otra etapa que también terminará en crisis. O acaso se ha responsabilizado legalmente a alguien por ésta? Si no se ha hecho, porqué no provocar otra? A unos pocos les sale muy a cuenta..

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    3. Ese sería el mejor de los casos... Nos queda lo marginal...

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  6. Precisamente, Salvados es ahora objeto de mi investigación que va muy en la línea de lo que apuntas... Por una parte, ha dado con una demanda social a la que no se estaba dando respuesta desde los medios de comunicación, ha innovado en la forma y en el tono, ha hecho asequibles temas complejos, ha obligado a que los políticos, los expertos y los representantes de los organismos entrevistados hablen claro, y ha sabido sacar muy bien partido de su presentador y de las redes sociales. Chapó!

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  7. Hola. Gracias por tu comentario. Y si esa investigación se traduce en un post o similar de tu blog (por el que ya me he pasado), no dejes de anunciarlo aquí. Yo al menos estaré interesado en leerlo...

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